En el prólogo a la edición española del libro de Liselott Diem, Deporte desde la infancia (1), José María Cagigal, dice: «El hombre será en definitiva lo que haya sido su infancia».
Según él, el individuo, la persona, se constituye en la infancia, de ahí que la evolución que se da en los primeros años de vida tenga una gran importancia. Esto es válido también para la evolución deportiva, ya que la considera más como un enriquecimiento de la persona por el movimiento que como una adaptación técnica y física a la práctica de un deporte.
En los primeros años (0 a 3 años) el movimiento es fundamental, ya que gracias a él el niño desarrolla su facultad de observación, su creatividad, su capacidad de coordinación y de este modo su sentido del equilibrio, del espacio y del tiempo.
De 3 a 5 años, el aprendizaje deportivo se realiza en los siguientes pasos didácticos según Liselott Diem:
Esta es la primera categoría en la que los niños entran en una competición con demás equipos de su provincia. Además de los conceptos básicos de la técnica (Pase, control, disparo) debemos enseñar al niño los conceptos de “Ataque” y “Defensa”.
Otro aspecto que debemos enseñar es el del posicionamiento en el campo y la labor de cada uno de esos puestos. Hay que hacer especial hincapié en el reparto proporcional del espacio, donde cada jugador debe asentarse en un espacio concreto.
Tratar la táctica en sí a estas edades es muy complicado por lo que las nociones tácticas que les expliquemos deben ser las más simples para que no lleven al conflicto y puedan asimilarlas con total garantía.
A estas edades y sobre el concepto ofensivo debemos explicar como y por que se usan los desmarques, a dar profundidad al juego y a la creación de espacios libres. Los jugadores deben saber cuándo y cómo atacar.
En cambio a nivel defensivo tenemos que hacer especial énfasis en el marcaje, así como en la manera de realizarlo. También debemos enseñar las coberturas y las permutas.
Se puede decir que en esta etapa se les enseña una evolución básica en el juego. Tienen que saber la estructura del defender-crear-atacar.
En esta etapa se busca el desarrollo del esquema corporal del niño, pero aumentando la dosis técnico-táctica. Es una etapa donde el niño empieza a sentir interés por la competición.
El objetivo general consiste en desarrollar y perfeccionar las habilidades y destrezas motrices básicas, así como aprender los fundamentos técnicos, tácticos y reglamentarios del fútbol, sin olvidar aspectos físicos.
En esta etapa, los jugadores se enfrentan a un nuevo terreno de juego. Además de repasar los conceptos que deben aprenderse en Infantil, debemos dar a conocer la manera de realizar paredes, cambios de orientación, así como los desmarques en apoyo y ayudas constantes.
En el aspecto defensivo se profundiza sobretodo en los marcajes y permutas. Dejando claro la importancia de tener todos los puestos de defensa bien cubiertos. Trabajar también las entradas, las anticipaciones e intercepciones.
En esta etapa se les enseña que la estrategia son acciones para aprovechar, sorprender o neutralizar al contrario durante el partido. Se les inicia en la utilización de la estrategia.
Los jugadores de esta categoría deben tener ya implantados los conocimientos defensivos y ofensivos de todas las categorías anteriores si el trabajo se ha realizado correctamente.
En ataque, los jugadores deben tener muy claro los conceptos de desmarques, amplitud y profundidad, cambios de orientación, paredes, etc…
En el aspecto defensivo: Marcaje, repliegue, cobertura, permuta y basculaciones deben ser el plato diario del entrenamiento.
En cuanto a la táctica, los jugadores deben conocer ya todos los principios ofensivos y defensivos a la perfección y se debe reforzar constantemente la situación en el campo, así como perfeccionar la estrategia.
En esta categoría, última en el aprendizaje amateur de los jugadores, se perfeccionan todos los principios ofensivos y defensivos con el fin de perfeccionarlos. El equipo tiene que tener claro: Cuándo, por dónde y cómo atacar al contrario, así como también como neutralizarlos y ocupar los espacios con coherencia y eficacia.
Es la etapa en la que el entrenador puede y debe aplicar sin límite todo tipo de sistemas y esquemas tácticos.